Intoxicación por SAPOS en perros, ¿qué hacer?
Un encuentro entre un perro y un sapo puede terminar realmente mal. ¿El motivo? Los sapos liberan una sustancia venenosa que puede afectar gravemente a la salud de los perros. Ellos jugando o por curiosidad, los muerden o lamen y se intoxican inmediatamente.
Por eso, conocer los síntomas y actuar con rapidez en un caso de intoxicación por toxinas de sapo, es de vital importancia para salvar su vida, te explicamos cómo actuar.
¿Qué sucede cuando un perro lame o muerde un sapo?
El sistema defensivo del sapo hace que, al ser lamido o mordido, secrete a través de la piel un líquido urticante para defenderse y evitar así ser comido.
Esta reacción puede provocar una intoxicación aguda en nuestro perro, al entrar en contacto directo con esta sustancia a través de las mucosas, la boca o los lagrimales.
Cuando el veneno pasa al torrente sanguíneo, comienzan los trastornos circulatorios y del sistema nervioso, junto a otros síntomas que conviene que conozcas.
Síntomas de una intoxicación por sapo en perros
Durante una intoxicación por contacto con el veneno de un sapo, los síntomas más frecuentes que podrás observar en tu perro pueden variar de graves a leves. Son los siguientes:
Síntomas leves:
Consistirán en irritación de la mucosa oral y salivación.
Síntomas moderados:
Irritación de la mucosa oral.
Salivación.
Ataxia.
Irregularidad del ritmo cardíaco.
Defecación.
Síntomas graves:
Convulsiones o movimientos musculares involuntarios.
Arritmias, taquicardias o respiración agitada.
Temblores y debilidad muscular.
Diarrea, mareos y vómitos.
Un exceso de salivación.
Pupilas muy dilatadas.
Estupor y dificultades para mantener el equilibrio.
Mucosas muy enrojecidas o azuladas.
Si detectas estos signos en tu perro y recuerdas haberlo visto jugando o intentando cazar un sapo en el campo poco antes, hay muchas probabilidades de que se trate de una bufotoxicosis, que es el nombre que recibe esta intoxicación en términos médicos.
En tal caso no pierdas tiempo esperando que mejore por sí solo. Debes lavar inmediatamente su boca con agua y llevarlo cuanto antes hasta el veterinario más cercano.
Puede que un sapo no sea peligroso para el ser humano, pero puede ser mortal para nuestros perros.
Así que mucho cuidado: si el perro vive en una finca o acostumbra a pasear por zonas húmedas como ríos o lagos, vigílalo de cerca y no le dejes perseguir ni jugar con sapos.
¿Demasiado tarde?
Entonces no te pares a indagar sobre qué clase de sapo es y, especialmente si el perro comienza a mostrar algún signo de envenenamiento, corre en busca del veterinario.
A pesar que los sapos no disponen de un aparato venenoso organizado, las glándulas de la cabeza segregan diversas sustancias venenosas denominadas zootoxinas capaces de causar los efectos clínicos antes citados.
Los sapos poseen glándulas mucosas distribuidas por la piel, que secretan moco en defensa de los depredadores animales y en este caso tu mascota representa el depredador del sapo.
Si tu perro muerde a un sapo provoca la compresión estas glándulas con la consecuente eliminación del veneno que entrará en contacto con la boca.
Tratamientos más comunes
Una vez en la consulta, el veterinario realizará un primer examen físico del perro, mientras le damos todos los detalles sobre lo ocurrido y los síntomas (importante especificar al veterinario si solo lo ha mordido o se lo ha tragado). El especialista limpiará las mucosas del perro.
Si ha llegado a ingerir el sapo deberá inducirle el vómito y sedarlo -si es necesario- para extraer los restos, si con el vómito no lograra expulsa el sapo, pues se debe recurrir a la extracción del sapo por endoscopía o cirugía.
El objetivo prioritario es detener el proceso de envenenamiento y estabilizarlo. Una vez el perro haya logrado superar la fase más aguda de la crisis, quedará bajo observación, se le administrarán fármacos, que le ayudarán a eliminar los tóxicos y a reducir los efectos que producen.
La importancia de las semanas posteriores
Las semanas posteriores a este episodio serán claves para ver cómo responde al tratamiento y comprobar si la intoxicación le ha dejado algún tipo de secuela. El tamaño del perro, su edad y el estado de salud previo, serán determinantes a la hora de combatir una intoxicación de este tipo.
También tus cuidados son muy importantes. Debes seguir las indicaciones del veterinario, controlar constantemente que el perro esté bien hidratado y administrarle las dosis de fármacos que necesite. Esto le ayudará a mantener un buen ritmo cardíaco y a tratar la sintomatología nerviosa y las convulsiones.
Finalmente, lavar las zonas que hayan estado en contacto con el sapo permitirá reducir la cantidad de tóxico que todavía pueda estar presente.
No te olvides de compartir esta información, ¡la prevención es la clave!